25 sept 2017

El lobo, en el punto de mira .

Ecologistas, cazadores y ganaderos, divididos ante una especie en plena expansión hacia el sur de la península 

Ninguna especie animal ha estado envuelta en tanto misterio, falsas leyendas y mayores polémicas como es el caso del lobo. Admirado por unos y odiado por otros, el 'canis lupus signatus', especie de lobo endémica de la península ibérica, está de plena actualidad. Desde la semana pasada se puede cazar en el Principado de Asturias, comunidad autónoma donde hasta ahora era junto al oso una especie intocable.
La decisión no ha sido fácil. La población de lobos -especie que no tiene otro depredador que la amenace-, ha pasado de estar al límite de la extinción a expandirse. Su propio hábitat se ha quedado pequeño y ha comenzado invadir el de sus inmediatos vecinos, los ganaderos. Y cada vez son más frecuentes los daños causado por los lobos «en entornos muy humanizados, donde hasta ahora no se producían», según destacan desde la Fundación Para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas).
Las subvenciones por cada ternero, potro o cordero que mata el lobo «llegan tarde y son escasas», según los ganaderos. Y probar que el autor ha sido el lobo es cada vez más difícil o complicado, por lo que algunas explotaciones recurren ya a las cámaras de vigilancia.
Pero no todos los lobos asturiano se van a matar. Tal como ocurre en las provincias vecinas al Principado, las batidas serán en zonas de «presencia esporádica». Según el plan de gestión del lobo el Principado, las batidas podrán autorizarse en «circunstancias excepcionales y elevado número de daños».
Esto ha puesto en pie de guerra a los conservacionistas. La organización ecologista WWF ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente una medida que considera «indiscriminada, retrógrada e ilegal», y ha solicitado la paralización cautelar de las batidas ya concedidas en el centro de Asturias. «Autorizar batidas de lobos a manos de cazadores particulares, con el objetivo de erradicar a la especie de regiones enteras de Asturias, es un despropósito y un regreso al pasado», afirma el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo. Más de 12.500 personas se han sumado en menos de 48 horas a la petición de WWF dirigida al presidente del Principado para pedirle que pare la caza del lobo.
Pero esta no es una especie en recesión. Más al sur, el lobo está recuperando territorios perdidos antaño, en buena parte por la caza masiva para favorecer el pastoreo. Así ahora ya no es raro ver lobos al sur del Duero -donde está protegidos, y también están llegando a escaso kilómetros de la ciudad de Madrid tras cruzar la sierra del Guadarrama. Los agentes de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid han visto desde 2015 como ha ido aumentando el atropello de lobos en la región. El último tuvo lugar a principios del pasado mes de agosto, en la autovía A-1, en el puerto de Somosierra.
Pero es que el lobo también se está expandiendo hacia Castilla-La Mancha o el norte de Extremadura y, a este ritmo la especie pronto volverá a asomarse al Mediterráneo.





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