- Nacimiento: Abia de la Obispalía (Hoja cartográfica: 609), a 1.020 m de altitud
- Desembocadura: Río Gigüela (Hoja cartográfica: 738), a 630 m de altitud
- Longitud: 168 km
- Ciudades que atraviesa: El Provencio y Pedro Muñoz.
- Afluentes principales: Rus, Saona, Córcoles.
- Régimen fluvial: de caudal muy escaso (1,93 m³/s), en muchos de sus tramos se pasa gran parte del año completamente seco.
A lo largo de sus 168 km de recorrido, su cuenca hidrográfica está integrada por dos subunidades, de extensión similar y orientación perpendicular. Inicialmente el río discurre en dirección N-S desde los Altos de Cabrejas, al oeste de Cuenca, hasta llegar a El Provencio. A partir de este punto, gira bruscamente hacia el oeste y se adentra en la llanura del acuífero de La Mancha Occidental (acuífero 23). En esta segunda subunidad, y cerca de lasTablas de Daimiel, recibe por la margen izquierda el Canal del Guadiana, procedente del embalse de Peñarroya (Guadiana Alto), que sólo lleva agua excepcionalmente. Y aguas abajo desemboca en el río Gigüela (aunque hay autores que citan que es el Cigüela el afluente del Záncara),1 por su margen izquierda, muy cerca de los Ojos del Guadiana (que actualmente están secos), en el término municipal de Alcázar de San Juan.
El Záncara es un río profundamente humanizado y con estiajes muy marcados; sobre todo en la zona baja, ya que el acuífero 23 está sobreexplotado y el Záncara, si lleva agua, alimenta el acuífero. Domina el aprovechamiento agrícola de sus riberas, muy llanas y extensas casi desde su nacimiento. El cauce es, en la mayor parte del recorrido, un canal excavado entre cultivos, ocupado por helófitos y sin apenas vegetación de ribera en las márgenes.
El río Záncara se sitúa en su mayor parte en La Mancha, nombre que proviene de la raíz árabe que significa «sin agua», y que constituye una cuenca sedimentaria de litología caliza y muy llana, con un régimen de precipitaciones semiárido (la precipitación media es de 450 mm). La topografía del terreno, casi totalmente llana, y la naturaleza del sustrato que favorece la percolación de las aguas, dificultó considerablemente el desarrollo y encajamiento de la red fluvial, lo que dio lugar a inmensas superficies inundadas a causa del desbordamiento de los ríos y de los aportes de aguas subterráneas; es muy importante la interrelación entre las aguas superficiales y las subterráneas, ya que estas últimas constituyen el recurso hídrico mayoritario en La Mancha (> 70% del total).
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